El misterio del mercado vacío

Nunca había visto el mercado tan silencioso y vacío un sábado por la mañana.

Sofía decidió ir temprano para comprar verduras frescas para la cena. Caminó por los pasillos buscando su puesto favorito, pero las pocas personas que estaban no parecían normales. Nadie hablaba ni sonreía.

Al llegar a la sección de frutas, notó que algunas cajas estaban abiertas y los productos se veían desordenados. Se preguntó qué estaba pasando y decidió preguntar a la vendedora, pero la mujer solo le hizo un gesto raro y siguió trabajando sin explicar nada.

Sofía decidió seguir explorando el mercado, y poco a poco comenzó a sentir una atmósfera extraña. Escuchó susurros pero no entendía las palabras; parecían murmullos de preocupación. Trató de comprar unas manzanas, pero la cajera se quedó en silencio y le entregó un papel en vez de la factura.

Curiosa, Sofía leyó el papel y descubrió que ese día el mercado cerraría temprano por un problema inesperado con la electricidad, pero nadie le había informado directamente. Ella se preguntó por qué la gente actuaba tan raro, casi como si tuvieran miedo.

Sin entender mucho, pagó rápido y salió del mercado, pensando en lo extraño que había sido todo. En el camino a casa, la calma volvió y Sofía decidió que al día siguiente volvería temprano para ver si todo estaba normal.

Mientras caminaba, pensó en cómo a veces los lugares más comunes pueden esconder pequeños secretos o momentos que nunca imaginamos, y que no siempre es posible entender todo a la primera.

Este fue un día diferente, sin respuestas claras, pero con muchos pensamientos nuevos.